Nos acompañan desde hace más de doscientos años, siendo tan confiables que la mayoría de la gente no les da mucha importancia. Las podemos ver en casi cualquier lugar del mundo, transfiriendo calor del combustible al agua para calentar nuestros edificios o permitir nuestros procesos.
Las calderas son simples, eficientes y fiables. Ningún equipo las supera transfiriendo calor de un lugar a otro. Las hemos utilizado para la calefacción desde antes de la guerra civil de los Estados Unidos, en 1861. Incluso antes de esta guerra, ya las calderas se usaban en procesos industriales.
Las calderas son simples, eficientes y fiables. Ningún equipo las supera transfiriendo calor de un lugar a otro. Las hemos utilizado para la calefacción desde antes de la guerra civil de los Estados Unidos, en 1861. Incluso antes de esta guerra, ya las calderas se usaban en procesos industriales.
Actualmente las utilizamos en fábricas, planchadoras de ropa, lavaplatos, pasteurización de leche, esterilización de equipos médicos y hasta para ¡calentar ciudades enteras! Sus
capacidades parecen no tener fin. Sin embargo, y a pesar de su simplicidad, una caldera de vapor puede representar un problema si el sistema de control no actúa correctamente. Si la energía entregada a la caldera excede lo que ella puede absorber, se puede producir una rotura. Así que siempre se debe estar en guardia.
Una simple válvula de seguridad, de la capacidad adecuada, que proporcione alivio a la presión, protege la caldera contra una presión excesiva. Pero la sobrepresión no es lo único que puede amenazar a una caldera de vapor. Existe también el peligro de incendio por falta de agua.
Si el nivel de agua interno cae demasiado, la caldera se puede quemar. También aquí se debe estar siempre en guardia. Una caldera de vapor necesita agua para refrescar las superficies de metal. Sin un nivel correcto de agua el calor se acumula rápidamente. Demasiado calor crea una condición de funcionamiento muy peligrosa.
capacidades parecen no tener fin. Sin embargo, y a pesar de su simplicidad, una caldera de vapor puede representar un problema si el sistema de control no actúa correctamente. Si la energía entregada a la caldera excede lo que ella puede absorber, se puede producir una rotura. Así que siempre se debe estar en guardia.
Una simple válvula de seguridad, de la capacidad adecuada, que proporcione alivio a la presión, protege la caldera contra una presión excesiva. Pero la sobrepresión no es lo único que puede amenazar a una caldera de vapor. Existe también el peligro de incendio por falta de agua.
Si el nivel de agua interno cae demasiado, la caldera se puede quemar. También aquí se debe estar siempre en guardia. Una caldera de vapor necesita agua para refrescar las superficies de metal. Sin un nivel correcto de agua el calor se acumula rápidamente. Demasiado calor crea una condición de funcionamiento muy peligrosa.
Los fabricantes de calderas siempre han regulado los requisitos de seguridad mínimos respecto al nivel del agua para cada equipo que producen.
estos requisitos se cumplen de dos maneras:
• Manteniendo un nivel del agua mínimo seguro dentro de la caldera..
• Enviando una señal para apagar el quemador si el agua desciende por debajo de ese punto.
¿Cuál es un nivel de agua “normal”?
El nivel del agua apropiado de una caldera de vapor varía de fabricante en fabricante, pero generalmente podemos decir que es “normal” comenzar con el llenado manual de la caldera hasta los dos tercios del vidrio de nivel. A medida que la caldera funcione, el agua se convertirá rápidamente en vapor y saldrá del sistema.
¿Qué puede motivar un bajo nivel de agua?
En un sistema abierto de vapor, es normal una cierta pérdida de agua por evaporación. Cuán grande es esta pérdida depende del tamaño y condición del sistema.
Sin embargo, cuando la pérdida de agua es mucha, llega el momento de comenzar a localizar averías. a continuacion un listado en donde debemos buscar:
- Salidas de aire sucias, no asentadas correctamente,y con fugas de vapor a la atmósfera.
- Válvula de purga de la caldera parcialmente abierta.
- Escape del agua de retorno.
- Válvula de retención pegada o parcialmente pegada..
- Tuberías con pendiente incorrecta.
- Alimentador automático no trabaja correctamente.
- Metal de la caldera corroído y con escape en la línea de agua.
- Entre otras.
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